domingo, 13 de octubre de 2013

Perdiendo la cabeza con Hilary Mantel

Hilary Mantel posa junto a  Thomas Cromwell, protagonista
de su trilogía. Foto de Eammon Mccabe para The Guardian

Hilary Mantel no es guapa ni glamurosa. Su corte de pelo no es el más moderno, sus dientes desalineados confirman el tópico sobre las sonrisas inglesas, y una enfermedad crónica del tiroides la ha condenado a la fragilidad, la obesidad y a paralizantes brotes de dolor. Sin embargo fue su precaria salud lo que la llevó a escribir, llegando a donde muy pocos autores han llegado: Mantel es una de los cuatro autores que ha ganado dos veces el Man Booker Prize, uno de los premios literarios más prestigiosos del panorama literario británico.

Cuando contempla su historia personal, la escritora afirma que ha ido "de desgracia en desgracia". Vino al mundo como Hilary Mary Thompson, la mayor de tres hermanos, hija de irlandeses y criada en un entorno católico. Cuando Hilary tenía 11 años su padre abandonó a la familia para siempre, pero entró en su vida otro hombre, su padrastro John Mantel, quien fue un apoyo crucial para ella hasta el punto de que pasó de ser Hilary Thompson a ser Hilary Mantel.
Tras graduarse en la universidad, Mantel comenzó a trabajar en un hospital geriátrico, y sus vivencias en este lugar fueron la inspiración para escribir dos novelas: Every day's Mother's Day (1985) y Vacant Possession (1986).Tras estos títulos vendría una larga lista de trabajos tremendamente variados, desde relatos cortos a ensayos y memorias personales. Pero es en la novela histórica donde Hilary Mantel ha ganado el reconocimiento que merecía. En 1992 Publicó La sombra de la guillotina (A place of greater safety), que se centra en una de las épocas más turbulentas de la Historia, la revolución francesa, contando la historia de personajes tan controvertidos como Danton, Robespierre y Desmoulins. La novela fue un gran éxito de crítica y público. "Me interesan los personajes que arrastran una leyenda negra en el imaginario popular", declara Mantel. No es de extrañar que el protagonista de la trilogía con la cual ha logrado fama internacional sea Thomas Cromwell, el duro e impasible consejero del famoso Enrique VIII.
Hilary Mantel caracterizada como la reina
Ana Bolena (vía newyorker.com). 
En la corte del lobo (Wolf Hall) fue publicada en 2009, y cuenta la carrera ascendente de este hombre de orígenes humildes mientras intenta conseguir el divorcio de Enrique VIII y Catalina de Aragón para que el rey se case con Ana Bolena. La original forma de reconstruir el mundo interno de Cromwell  hizo que la autora ganara el Man Booker Prize de aquel año, y el éxito de ventas ha sido tal que se planea convertirlo en serie. El año pasado Mantel publicó una secuela, Una reina en el estrado (Bring up the bodies), un libro más corto y menos denso, pero narrado de la misma forma adictiva y magistral, que nos cuenta los esfuerzos de Cromwell para librar a su rey de Ana Bolena y casarlo con Jane Seymour. Habiendo leído el primer tomo de la saga y a unas pocas páginas de acabar Una reina en el estrado, he de reconocer que Mantel es toda una autoridad de la novela histórica, una escritora capaz de contarnos una historia conocida desde un enfoque nuevo. La autora, conocedora de la realidad de la época, juega con las medias verdades y los dobles sentidos para crear una novela de gran riqueza psicológica en la que ruedan las cabezas. El único defecto que puedo ver en sus magníficas novelas es el retrato de Ana Bolena, representada como una mujer excesivamente ambiciosa y cruel, incapaz de un solo gesto de bondad, lo cual le hace perder en realismo. Como Mantel afirmó en una entrevista del diario El Mundo, "Ana Bolena fue víctima de la misoginia de su tiempo".
La misoginia es un mal que preocupa a Hilary Mantel, incluso se ha visto afectada por ella. Hace unos meses, Mantel criticó la forma en que la actual princesa de Inglaterra es vista como un maniquí por los medios."Parece haber sido elegida para su papel de princesa porque era irreprochable", señala la escritora, "tan dolorosamente delgada como cualquiera podía desear, sin peculiaridades, sin rarezas, sin el riesgo de una emergencia de carácter". Los medios malinterpretaron a la escritora,y se abalanzaron sobre ella. La acusaron de ser demasiado dura, e incluso hubo algunas lenguas maliciosas que acusaron a la poco agraciada Hilary Mantel de envidiar el cuerpo esbelto de Kate Middleton. Pero lo que quería señalar Mantel era cómo las mujeres de la casa real siguen sujetas a situaciones y tópicos muy similares a los que vivieron las reinas del siglo XVI.
Hilary Mantel no se muerde la lengua. Capaz de recrear el complejo universo de intrigas y engaños de la corte Tudor, sus novelas han sido elogiadas por la crítica y el público. El libro que concluye su trilogía, The mirror and the light, no será publicado hasta dentro de dos años. Aquí me quedo, esperando la brillante conclusión de esta trilogía, y os dejo un video en el que la autora habla de su último libro.

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